ORACION A LA SANTA CRUZ Y PROMESAS
Esta oración fue
encontrada sobre la tumba de Jesucristo en 1509 y enviada por el Papa al
emperador Carlos, cuando partió con sus ejércitos a combatir a sus enemigos y
este la envió después a San Félix en Francia.
PROMESAS:
Quien leyere esta oración,
la oiga leer o la lleve consigo, no se quemará, no se ahogará no podrá ser
envenenado con ningún veneno, caer en manos de sus enemigos o ser vencido en
las batallas.
Cuando una mujer en cinta
lee, oye leer o lleva consigo esta oración, saldrá pronto de su cuidado, será
siempre tierna madre colocando siempre la misma oración a la derecha de su
criatura cuando haya nacido, le preservará de accidentes.
El que lleve esta oración
consigo nunca se verá atacado de epilepsia y cuando vea caer en la calle a
cualquier persona con este mal, basta colocar esta oración a su derecha para
que se levante como si nada le hubiera pasado.
El Señor ha dicho que
bendecirá al que imprima esta oración para sí o para otras; el que se burle de
ella o la desprecie, recibirá el castigo del cielo.
La casa que tenga esta
oración se verá exenta de los peligros del rayo y del trueno y el que la diga
diariamente recibirá 3 días antes de su muerte aviso del cielo.
ORACIÓN:
¡Oh Santa Cruz! Madero
hermoso en donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario,
ante ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que por los
padecimientos que sobre Ti recibo en su Santísima pasión me conceda los bienes
espirituales y corporales que me convengan.
Elevada ante el mundo,
eres faro luminoso que congregas a tu rededor la cristiana grey para entonar
cantos de gloria al Cristo Rey, al Dios Hombre que siendo dueño de todo lo
creado, permitió ser crucificado sobre Ti para la redención del género humano.
Sobre Ti operó el
asombroso misterio de la redención del mundo, desde entonces libra al cristiano
de la culpa original, puede llamarse hijo de Dios Eterno y aspirar a la gloria
celestial.
¡Bendita seas! Por los
siglos de los siglos, fuiste entre los paganos signo de baldón y afrenta y hoy
eres emblema del cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime
sacrificio de mi Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda
la eternidad.
Amén.
¡Santa Cruz de mi Jesús,
que expiró para darnos luz, yo te doy mi reverencia, oh preciosa y Santa Cruz!
El camino que nos marques
en el mundo seguiremos, que la Cruz siempre abrazados con su signo venceremos.
A tus plantas hoy me
encuentro, mi Divino Redentor.
Haz que con santa
paciencia, cargue en el mundo mi Cruz.
Oh Dios Omnipotente que
sufriste en la Cruz la muerte, para redimirnos de nuestros pecados.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, se mi verdadera luz.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, ten piedad de mí.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, se mi esperanza.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, aleja de mí todo temor a la muerte.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, derrama en mi alma el bien.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, aleja de mí todo mal.
Oh Santa Cruz de
Jesucristo, hazme entrar en el camino de la salvación.
Oh Santa Cruz de Jesucristo,
presérvame de todos los accidentes, temporales y corporales para que pueda
adorarte siempre, así como a Jesús Nazareno a quien imploro para que tenga
piedad de mí.
Haz que el espíritu
maligno visible o invisible huya de mi por todos los siglos de los siglos.
Amén.
En honor de la preciosa
Sangre de Jesucristo y de su penosa muerte, en honor de la Resurrección y de su
encarnación Divina, por medio de la cual pueda conducirnos, a la vida eterna:
que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que fue Crucificado en
Viernes Santo, que José y Nicodemo quitaron a Jesucristo de la Cruz y que
Jesucristo subió al cielo, que así se digne libertarme de los ataques de mis
enemigos, tanto visibles como invisibles desde hoy y por todos los siglos de
los siglos.
Amén.
Dios Todopoderoso, entre
tus manos entrego mi alma, Jesús, María y José. Ana y Joaquín.
Jesús mío por la amargura
que sufriste por mí en la Santa Cruz, principalmente cuando Tu Alma tan sagrada
se separó de Tu Cuerpo, ten piedad de mi alma cuando se separe de este mundo.
¡Oh Jesús! Concédeme el
valor necesario para soportar mi cruz a imitación tuya, enséñame a llevar con
paciencia todos los sufrimientos, que mi temor a ellos se convierta en virtud.
Que la omnipotencia de
Padre se digne cubrirme con la sabiduría del Espíritu Santo.
Dígnate recibirme y
conducir mi alma a la vida eterna.
Amén.